domingo, 30 de octubre de 2011

Les vengo a decir adiós.

Empecé la dieta hace una semana, que sé yo 10 días. El 17 de octubre. Día de la lealtad. Quizá mi dieta, para bajar de peso, sea vista como una traición desde el punto de vista de un choripan. Ay, ay, ay, mis leales choripanes, dueños de tantos momentos de profunda felicidad. Si el club de la milasena se ve perjudicado en su facturación, perdón. Así son los negocios. Lo cierto es que vuelvo a escribir en este blog porque voy por otra hazaña, dejar las lasañas. Quiero sacar letras de mi talle. Quiero tirar las xx y decirle bye bye a L. Quiero ser medium, pero no de los que hablan con el más allá. Quiero que mis remeras tengan una M en la etiqueta. M,así. Solita. Perdón a las pizzerías, mis viejas compañeras de ruta. Se que no lo pueden creer que me baje de este barco. Chau Coca Cola. Chau helados: Perssico, Freddo y El colonial, será hasta siempre. No habrá más doble cuarto de libra con queso y papas grandes. Perdón, Milka pero no compraré más tus alfajores. Y acá quiero hacer un alto, quiero hacer una pausa para poner foco en los sandwiches de miga. Uno de jamón. Otro de queso. Juntos. A esa dupla que me brindó más alegrías de Aimar y Saviola, le digo (con un nudo en la garganta) Adiós.

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